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miércoles, 8 de junio de 2011

Profano

Me considero un tipo con muchos sueños. Pero últimamente ando con mucho sueño, y un poco descuidado para los muchos sueños. Hablando de sueño estábamos cuando me recordaron que una infusión de tilo empuja al descanso, pero mejor aún dicen, dijeron, es la infusión de valeriana.

Sueño y valeriana no hicieron otra cosa que hacerme recordar a Rubén Goldín. Así se dio la charla y así caí en el recuerdo de este lindo (aunque un poco desparejo) disco y en esa genial canción que por ella sola Goldín se ganó -para mi humilde entender- un lugar entre los próceres de la década del ’80.

















Rubén Goldín se hizo conocido en el mercado del rock allá a mediados de la década del ’80 cuando desembarcaron en las bateas (concepto ochentoso si los hay, eh) y los escenarios del rock porteño esa caterva de rosarinos que conformaban entre otros Jorge Fandermole, Lalo de los Santos o Adrián Abonizio. Y Rubén Goldín era el jovenzuelo de voz dulce -y un poco spinettiana- de la comunidad.

En 1988 Goldín editó éste, su segundo disco, Profano, y en él hay 3 ó 4 canciones que no debería dejar de escuchar ningún oído. Y una que merece entrar al Olimpo: Sueños de Valeriana.


Ando difícil de dormir. Le pongo palabras a las cosas. Me acordé de Goldín y de esta gran canción. Así que vamos para adelante, la barrera es el tiempo, pero cerrar la puerta no es ninguna solución, claro. Las cosas que dejamos de hacer y aún llaman. Un gran signo de pregunta.

Maridajes

Cuándo: cuando no puedas dormir

Dónde: cruzando la barrera

Cómo: con una infusión -con un poco de miel-



Rubén Goldín - Sueños de valeriana







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