Antes del comienzo de los tiempos, dice la mitología griega, Urano (el cielo) y Gea (la tierra) tuvieron en sus 12 hijos menores a los Titanes, entre los cuales el más joven de ellos era Cronos (el tiempo).
Cronos se casó con su hermana Rea y ambos destronaron a su padre Urano, convirtiéndose en reyes de los dioses. Del vientre de Rea nacieron los Olímpicos. Cronos sabía anticipadamente que iba a ser derrotado por uno de sus hijos, repitiendo la historia que él mismo llevó a la práctica con su padre, es por ello que decidió comerse a cada uno de sus hijos al momento de nacer. Cuenta la historia que el sexto de sus hijos, Zeus (el trueno), dios supremo y rey de dioses y hombres, fue escondido por su madre, entregándole a Cronos una piedra en su lugar que fue devorada por el filívoro Cronos. Al crecer, Zeus abrió el estómago de su padre, dando un nuevo nacimiento a sus hermanos (y a la piedra, figurativamente los mortales), que conjuntamente combatieron y destronaron a su padre. Cronos fue encerrado por la eternidad, dando nacimiento al tiempo, que hoy nos acompaña y nos otorga ese poderoso complejo humano que es la finitud.
Con la derrota de Cronos y la toma del poder total de Zeus, nace el tiempo, y con ellos nace la idea de comienzo y final. Nacen los seres humanos y la finitud. Nacen las complejidades de la mente. Nace el sentido de la vida. Nace el dolor y también la necesidad de vivir para disfrutar. Nace la posibilidad de la experiencia y nace el compromiso con la existencia.
El Kronos Quartet es un cuarteto de cuerdas nacido en los Estados Unidos allá por la década del ’70, que en su carrera ha interpretado y grabado tanto música de cámara contemporánea como versionado variadas músicas populares. En este disco se va de caravana interpretando, entre otras cosas, música popular africana, asiática, portuguesa y americana (como Aníbal Troilo o esta versión que escuchamos aquí abajo de Café Tacuba).
Estimados mortales lectores, bienvenidos a la serie El Tiempo de CTC. Quizás la más trabajosa y dolorosa. Quizás la más sentida y movilizante. Quizás la más esperanzada y optimista.
Maridajes
Cuándo: en el comienzo de los tiempos
Dónde: en un mundo finito
Cómo: naciendo
Kronos Quartet -
Quizás no sea solitaria; si en tanta cosa tonta hay compañía en devenir.
ResponderEliminarEn breve, mi versión de la terrible sensación de ser comida por el tiempo, padre absurdo y ciego. Muy pronto en Cronopios... jajaja.
En otro orden de cosas, el tema que elegiste se llama "la muerte chiquita"; sabías que en francés al orgasmo se le dice "petit morte". Para tu próximo post. Felicidades, Larrosa.
La pequeña muerte es algo así como un instante mínimo de expresión de la finitud. Un pequeñísimo final, que marca que el tiempo existe y está ahí para molestarnos "eternamente". El final de un acto sexual, el final de ese momento único y universal, que porque existe -y muere- da la posibilidad de que tenga sentido la nada. Experiencia y nada son las dos caras de una misma moneda. Pero eso (o algo parecido) seguramente lo veremos en los próximos posts de la serie.
ResponderEliminarY es verdad, quizás no sea solitaria. Creo que nunca es solitaria.
Gracias