Para Lou Reed y John Cale además se fue un amigo y un compañero de batalllas.
En la segunda mitad de la década del ’60 nació The Velvet Underground, una de las bandas más extrañas y más ambiciosas en la búsqueda artística y simbólica de la historia del rock mundial. Los principales comandantes de esa locomotora eran Reed y Cale. Llevaban un vagón de carga que aportaba todas las posibilidades de ruptura con la lógica a su lado, ese vagón lateral era Andy Warhol. Drácula o Cinderella, como gustaban llamarlo. Un Drácula ceniciento. Mitad maldad, mitad inocencia. Mitad hombre, mitad mujer. Mitad poderoso, mitad desprotegido. Mitad y mitad o ninguno de los dos posibles opuestos. Y ambos a la vez.
Dráculla y Cinderella se fusionaron en un mote ambiguo: Drella. Y luego de su muerte, Drella, tuvo el disco de sus amigos y compañeros de batallas, dedicado exclusivamente a su vida y a sus experiencias.
Songs for Drella fue editado en 1991 y es un disco tan oscuro como su tapa. Y tan despojado como los rostros de los compositores en esa tapa.
Warhol -Drella- tuvo el álbum que su historia se merecía y fue el cierre perfecto para la historia de aquella banda extravagante y ambiciosa que, quizás, sea más recordada por el plátano warholiano que por sus canciones.
Maridajes
Cuándo: tras la muerte del angelical monstruo
Dónde: en el mundo de rostros y nombres de Andy Warhol
Cómo: como un sueño
Lou Reed - John Cale -
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