Gabo llamó a su disco, de modo tan marxiano, Todo lo sólido se desvanece en el aire. Porque un disco son canciones y lo demás es agua que se evapora en el aire.
Y este disco es mucha música, demasiada. Vibra de pasiones, es un cúmulo de palabras.
El amor y la muerte son dos temas siempre presentes en la poesía de Gabo, quizás por lo universal, quizás por lo contradictorio. Gabo es universal y es contradictorio. La obra universal aparece como fragmentos. Una constante presencia de la diversidad, la oposición y la contradicción. Un juego de las diferencias.
No tiene imagen -como ven- en su tapa, sino un texto. Y dice, apasionado, “¿Qué nos hizo perder de vista que -si bien las acompañan más o menos sinceramente dependiendo de cada caso- la imaginería, las agencias, los medios masivos de difusión y comunicación, los productores full time, los diseños gráficos, los sponsors y las compañías discográficas hacen los discos pero no las canciones?”. Gabo, un señor de la canción independiente argentina. Todo lo sólido se desvanece en el aire, un disco excepcional.
Elegir una canción de este disco es un desafío bastante perverso. Porque cualquier canción marca una impronta. Si no escuchaste el disco, esa canción va a ser la ventana por la que se puede ingresar a él. Y como cada canción de este disco es tan -pero tan- diferente a las restantes, cualquier ventana que abras el paisaje será muy distinto. La decisión mía es que escuches la que está aquí abajo. La decisión tuya será buscar las restantes ventanas.
Maridajes
Cuándo: Cualquier día de los enamorados o cualquier día de los muertos. O el mismo día.
Dónde: En un lugar de ensueños
Cómo: Apasionadamente
Gabo Ferro -
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